El viernes 13 de diciembre, cambiamos el mal augurio de una fecha tan estigmatizada por la celebración de uno de los eventos más entrañables de nuestro calendario anual: el tradicional Día de los Niños. Este día, lleno de alegría y espíritu navideño, reunió a profesionales, familias y pequeños invitados en una jornada que combinó diversión, creatividad y solidaridad.
Nos adelantamos unos días a la celebración mundial del «Ugly Christmas Sweater Day» (Día del Jersey Feo de Navidad).
Desde primeras horas de la mañana, los profesionales de Iberext dieron rienda suelta a su sentido del humor y entusiasmo por la Navidad, luciendo jerséis que no pasaron desapercibidos. Diseños extravagantes, colores chillones, luces y motivos navideños exagerados adornaron los atuendos de todos los asistentes.
Los suéteres reflejaban la esencia de esta peculiar tradición: renos con narices iluminadas, árboles decorados con luces intermitentes, copos de nieve, e incluso guiños a personajes clásicos de los años 80. Cada jersey era una obra de arte navideña que despertaba sonrisas y comentarios divertidos entre los compañeros.
La tarde trajo consigo uno de los momentos más esperados: la llegada de los más pequeños, que año tras año se convierten en los protagonistas de esta celebración. Con una mezcla de emoción y entusiasmo, los pequeños de la gran familia Iberext se unieron a la fiesta como invitados de honor en la recepción organizada por un rejuvenecido Papá Noel (por él no pasan los años…), la Elfa Adriana y sus fieles ayudantes.
Además, como ya es tradición, antes de conocer al entrañable Santa, los niños dejaron volar su imaginación y creatividad en una actividad muy especial: diseñar y elaborar los adornos que decoraron el gran árbol de Navidad de Iberext. Cada adorno era único, reflejando la visión personal y mágica de cada niño sobre estas fiestas tan especiales.
Los voluntarios de la Asociación Surestea -asociación que trabaja por la inclusión y defensa de los derechos de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA)- animaron a los peques en la espera, preparando juegos, dinámicas, dibujos… E incluso se realizó un taller de flores organizado por nuestra compañera Vicky.
Los niños disfrutaron de juegos, globos, proyecciones, montañas de peluches y una deliciosa merienda mientras esperaban ansiosamente al hombre de traje rojo.
El sonido de campanas y risas lejanas llenó el aire, anunciando así la llegada de Santa en su innovador trineo eléctrico.
Adaptado a los nuevos tiempos, Papá Noel aprovechó las instalaciones tecnológicas de Iberext para recargar su moderno vehículo, asegurando un viaje seguro y sostenible.
Con su característico «ho, ho, ho», Papá Noel hizo su entrada triunfal, iluminando los rostros de los niños con su sonrisa contagiosa. Acompañado de su ayudante, la elfa Adriana, se instaló en un trono festivamente decorado para la ocasión y comenzó a repartir regalos.
Cada niño fue llamado por su nombre para recibir su regalo en el interior de una divertida bolsita diseñada especialmente para la ocasión, mientras compartían con Santa sus deseos para la Navidad. La emoción y felicidad de los pequeños eran palpables, creando un ambiente mágico que unió a todos los presentes en una experiencia inolvidable.
Papá Noel no solo trajo regalos, sino que también llenó el evento de calidez y espíritu navideño, recordando a todos la importancia de compartir y celebrar juntos. Además, gracias a su magia, Santa también estuvo presente en algunas de las delegaciones de Iberext, llevando alegría y sorpresas a más familias.
En Iberext, no hay Navidad que se precie sin el tradicional Día de los Niños, una celebración que año tras año nos recuerda que la verdadera magia de estas fechas está en la unión, la solidaridad y la ilusión compartida.
