El pasado fin de semana, entre el 25 y el 27 de octubre, tuvo lugar el tradicional viaje anual de Iberext, una merecida escapada para celebrar logros y metas alcanzadas durante el año y expresión de reconocimiento por el buen trabajo realizado para aquellas personas que cumplieron con los exigentes requisitos que se marcaron a principios de año.
En esta ocasión, el destino elegido fue Zaragoza, hermosa ciudad a orillas del Ebro en la que la modernidad y la historia conviven armoniosamente.
Acompañados por nuestras parejas, pudimos disfrutar de su icónica Basílica del Pilar dominando el paisaje, de sus calles reflejando el paso de civilizaciones romanas, árabes y cristianas y de su vibrante ambiente cultural y gastronómico.
El viaje comenzó a primera hora del viernes con salida desde diferentes puntos del país, ya que al viaje acudieron profesionales de diferentes delegaciones. Con una puntualidad suiza llegamos al hotel NH Collection Gran Hotel de Zaragoza, donde nos hospedamos el fin de semana y disfrutamos de todo tipo de comodidades.
Tras hacer el “check in”, dejar las maletas y el momento “besos y abrazos” con nuestros compañeros de delegaciones, nos perdimos acompañados de nuestra inseparable amiga la lluvia por las estrechas calles del “Tubo” para disfrutar de la gastronomía maña.
Con un dresscode casual pero elegante, disfrutamos de un generoso cóctel en La Ontina -el restaurante del hotel- seguido de barra libre, bailoteo y recena, una celebración bien merecida y muy divertida en la que compartimos anécdotas, experiencias y coleccionamos un sinfín de buenos momentos.
El sábado, tras descansar unas horas, tuvimos visita guiada por la ciudad en dos turnos y cuatro grupos diferentes. Descubrimos secretos y curiosidades de la Basílica del Pilar -un icono barroco junto al río Ebro-, el teatro romano de Caesaraugusta y la Seo -una catedral gótica-mudéjar de imponente belleza-. Además, paseamos por el Puente de Piedra y las murallas romanas transportándonos a los orígenes milenarios de la ciudad en un recorrido histórico y cultural fascinante.
A las 14:00h se volvieron a unir de nuevo todos los grupos para partir juntos hacia el Espacio Ebro de Grupo el Cachirulo -referente gastronómico de Aragón-. El sol nos iluminó mientras disfrutábamos del cóctel en sus amplios jardines y después, entre otros platos típicos, degustamos su sensacional ternasco.
Por la tarde, como en los libros rojos de Timun Mas, “elegimos nuestra propia aventura”. Tuvimos la tarde-noche libre para poder ver el “clásico”, el combate de Topuria, seguir disfrutando del tesoro cultural de la capital de Aragón o catar los vinos de la región.
El domingo regresamos de vuelta a nuestras ciudades de origen con una marcada sonrisa dibujada en el rostro y una nueva y enriquecedora experiencia en nuestro haber. El objetivo del viaje se había logrado, disfrutar mucho, fortalecer nuestros lazos y hacer, más si cabe, equipo Iberext.
