Cómo vencer las dificultades que plantean las bajas temperaturas y sus efectos a la hora de diseñar e instalar un sistema de extinción contra incendios base agua en almacenes refrigerados y cámaras de congelado, es la interesante propuesta del artículo técnico Iberext del mes de diciembre. Innovación y eficacia aplicadas en circunstancias muy especiales.
Los almacenamientos refrigerados y de congelación, cada día más utilizados para la conservación de producto, en crecimiento por las empresas que han sido y están siendo esenciales en estos tiempos como el sector farmacéutico y la industria alimentaria, nos plantea por sus condiciones, uno de los mayores retos en la instalación de sistemas en materia de Protección Contra Incendios.
A todo ello hay que añadir la dificultad que supone la tipología de almacenamiento, automatizaciones y alturas de estos en el aprovechamiento de los espacios.
En todo almacenamiento, es importante analizar el producto y su embalaje a la hora determinar la densidad de diseño o cantidad de agente extintor, y son las condiciones ambientales y tipología de almacenamiento la que determina el sistema a seleccionar.
Aunque puede parecer que en los almacenamientos refrigerados por sus bajas temperaturas no se producen incendios, la existencia de éstos nos conduce a protegerlos como cargas de fuego similares a los almacenamientos en condiciones ambientales. Las causas principales y riesgos que hacen que se produzcan son por materiales de aislamiento y construcción, los refrigerantes y los propios equipos de frío, los sistemas eléctricos asociados y algunos factores o procedimientos externos como los trabajos en caliente.
Las soluciones por aplicar atendiendo a estos riesgos pasan en un porcentaje alto por medidas preventivas como las termografías en riesgos eléctricos o permisos en caliente para trabajos asociados.
Existe otra solución como medida preventiva de incendios activa como son los sistemas de reducción de oxígeno. Este sistema previene de generarse combustión en los productos al controlar la concentración del comburente (O2) por debajo del 15%. Por ello una de las grandes ventajas es que se minimizan los daños por fuego, humo o el propio agente extintor, sumado a la flexibilidad y ahorro de espacio en instalación. Por el contrario, la necesidad de estanqueidad de este tipo de almacenamientos condiciona a mayores costes de instalación en obra y energéticos en el mantenimiento del sistema.
Por el volumen de este tipo de instalaciones, los sistemas más empleados de extinción en un equilibrio técnico y económico son los sistemas de rociadores base agua, siendo por ello un hándicap por su riesgo de congelación.
Las soluciones de extinción mediante rociadores automáticos en cámaras de congelación se limitan a cuatro tipologías cuyas aplicaciones se encuentran supeditadas a cada instalación y morfología.
Uno de los sistemas para zonas con temperaturas negativas es el empleo de anticongelante tipo glicol en instalaciones húmedas. Este sistema es económico a nivel de ejecución, pero poco práctico y muy costoso por su mantenimiento, debido a la reposición del glicol y control de dosificación según su temperatura. Para estos casos existen alternativas con bombas dosificadoras que controlan la mezcla y reposición automática, aumentando notablemente el coste de instalación.
La segunda alternativa de extinción sería mediante sistemas secos, cuya instalación se encuentra presurizada con aire comprimido o nitrógeno que evita la congelación, permitiéndose proteger configuraciones de techo e intermedios en almacenamientos en altura. Estas instalaciones son costosas, además de tener en cuenta en el diseño el incremento del área de operación un 25% según UNE EN-12845 o 30% según NFPA 13, que hace que aumenten los abastecimientos y encarezcan la solución global. A la hora de su mantenimiento presenta mayores exigencias fundamentalmente por necesidad de conocimiento en su funcionamiento y purgado de las instalaciones, no siempre posible si presenta mala ejecución en caídas, pendientes, vaciados, puntos de condensación etc.
También es conveniente para evitar variaciones de presión y dar durabilidad a la instalación, realizarla con estaciones de N2 en lugar de aire comprimido, siendo esta última más inestable y con aporte de vapor de agua sin tratar con riesgo de congelación.
Para solventar las limitaciones de sistemas de supresión ESFR para instalaciones secas, existe una alternativa con sistemas de acción previa, conocido como QuellTM Cold Storage Tyco, el cual tiene certificado y ensayado para alturas de techo hasta 16 m con el sprinkler Ultra K34 clase I a III y hasta 10 m con el Ultra K17, clase IV y plásticos Grupo A en cartón.
Otra de las opciones dentro de los sistemas de extinción mediante rociadores, y cuya solución técnico-económica es muy recomendada tanto en ejecución como en mantenimiento de la instalación, es con un sistema húmedo con rociadores secos a nivel de techo. Este tipo de rociador se encuentra seco interiormente y aislado mediante un sello con la tubería de agua que se encuentra fuera de la cámara.
Las limitaciones se encuentran en las certificaciones de rociadores para su aplicación, llegando sólo en la actualidad hasta K17 y por tanto condicionado en altura y producto a proteger. Se debe tener en consideración el tipo de conexión en TE con el rociador en lugar de codos, los sellados con la cámara de frío y la longitud de vela seca determinada por la temperatura de la zona refrigerada. Teniendo conocimiento de las particularidades de instalación y posición de los rociadores secos, este sistema es uno de los más recomendados de cara a la estabilidad a largo plazo y reducción de inconvenientes generados por las condiciones ambientales severas y tiempos de mantenimiento.
Jaime Ortega González, Director Técnico de Iberext