Actualidad

Transición medioambiental de espumógenos en instalaciones fijas

Transición medioambiental de espumógenos en instalaciones fijas

Los espumógenos son sustancias que se diluyen con agua para producir una solución de espuma al aplicarles aire.

Los primeros espumógenos empleados en Protección Contra Incendios datan de principios del siglo XX, como solución para la extinción en los incendios que se provocaban por petróleo y otros líquidos inflamables.

Con el paso del tiempo, los espumógenos han ido evolucionando desde aquellos primeros espumógenos, fabricados a partir de proteínas hidrolizadas, pasando posteriormente a los basados en fluoroproteínas, que ya contenían un aditivo surfactante fluorado. El siguiente paso en su evolución fueron los espumógenos fluoroproteínicos formadores de película (FFFP: Film Forming Fluoroprotein), para finalmente llegar hasta los espumógenos sintéticos formadores de película acuosa (AFFF: Aqueous Film Forming Foam).

Esta evolución de los espumógenos ha ido de la mano de los surfactantes fluorados, que son sustancias sintéticas perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, denominadas genéricamente como PFAS. Estos surfactantes fluorados permiten a los espumógenos reducir la tensión superficial de un disolvente en concentraciones muy bajas (1% – 3%), permitiendo a la espuma que cree una película acuosa sobre la superficie del liquido inflamable o combustible, impide el contacto de la superficie cubierta con el oxígeno del ambiente, y la evaporación de gases inflamables que faciliten una reignición.

El empleo de estos PFAS en la fabricación de los espumógenos ha servido para potenciar su capacidad de extinción, lo que ha supuesto una ventaja a la hora de atacar fuegos procedentes de líquidos inflamables y combustibles como hidrocarburos o alcoholes.

Sin embargo, se consideraba a los PFA como “sustancias químicas para siempre”, por su resistencia a la degradación y, como resultado, su persistencia en el medio ambiente, y además se ha detectado que provocan efectos a largo plazo en la salud, en función del nivel y la duración de la exposición, incluso a niveles muy bajos.

Por tanto, debido a su persistencia medioambiental y la amplia gama de riesgos que conllevan, entidades reguladoras de todo el mundo restringen cada vez más el uso de PFAS.

En Europa, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA: European Chemicals Agency), es la encargada de velar por el uso seguro de las sustancias químicas en la UE, y que a través de Directivas y Reglamentos empezó a limitar el uso de los PFAS desde finales de la década pasada, y se espera la publicación en próximas fechas la limitación total a su uso, para protegernos.

Esta limitación a su uso, y las posibles prohibiciones a emplear sustancias que contengan PFAS, derivarán en un futuro cercano en el empleo en los sistemas de PCI espumógenos sin PFAS, y por lo tanto libres de flúor (SFFF: Synthetic Fluorine Free Foam).

En vista del horizonte temporal que les esperan a estos espumógenos fluorados, con PFAS, y a los inconvenientes que los acompañan, grandes fabricantes del sector han dejado de fabricar y de vender estos espumógenos fluorados, lo que supone una aceleración en la desaparición de estos espumógenos con PFAS.

A pesar de ser una buena noticia la reducción de PFAS, los espumógenos libres de flúor no tienen las mismas propiedades, ni la misma capacidad de extinción que los AFFF, lo que supondrá un inconveniente en instalaciones de PCI, ya que el cambio de un espumógeno AFFF a un SFFF, ni puede, ni debe realizarse como una simple sustitución del espumógeno.

Mezcla espumógeno
Mezcla espumógeno sistema fijo de extinción de incendios

El paso de Sistemas PCI con Espumógenos AFFFs a Espumógenos SFFFs, requiere de una auditoría del sistema de espuma, y una evaluación del riesgo, verificando las características de los abastecimientos de agua de PCI y de espumógeno.

Una vez realizado ese análisis del sistema y su ingeniería, se seleccionará el espumógeno sin flúor (SFFF) más adecuado al riesgo a proteger, y se contrastarán las características del espumógeno seleccionado (porcentaje de dosificación, viscosidad, coeficiente de expansión, etc.) para determinar si la instalación existente es válida.

Cuando la instalación no sea válida se recalculará y redimensionará el sistema de PCI, pudiendo requerirse una ¿ampliación de equipos generadores de espuma?, ¿ampliación de la reserva de espumógeno?, ¿ampliación del abastecimiento de PCI? y/o ¿modificación de diámetros de las tuberías?

Y, tanto en los casos en los que resulte válido el diseño existente, como en los que se requiera una modificación o adaptación de la instalación, será necesario, por una parte, eliminar el espumógeno existente con PFAS mediante un gestor de residuos, así como la descontaminación del sistema, lo que supondrá limpieza de tuberías, generadores de espuma, depósitos espumógeno, dosificadores etc.

Esta limpieza, no se puede realizar solo con agua, ya que como se ha indicado anteriormente, los PFAS son sustancias persistentes, y se requiere de tratamientos especiales, y el producto que resulte de la limpieza, deberá tratarse como un residuo contaminado con PFAS. En el caso de determinados componentes del sistema de PCI, deberán ser sustituidos, como, por ejemplo, las membranas de los depósitos de membrana.

La transición hacia los espumógenos libres de flúor (SFFF) ha llegado antes de los esperado, debido a la retirada de grandes fabricantes de los espumógenos AFFF, y deberemos adecuar nuestras instalaciones a los nuevos espumógenos SFFF.

Santiago de Dios – Responsable Oficina Técnica e Ingeniería Iberext