Riesgo de incendio en baterías de litio
El riesgo de incendio en las baterías de litio no es nuevo, en 2016 Samsung sustituyó 2,5 millones de Galaxy Note 7 tras 35 incendios confirmados, en 2021 un incendio destruyó parte de unos de los centros de datos más grandes de Europa en Estrasburgo, en 2022 la empresa francesa de transporte RATP Group se vio obligada a retirar una flota de 149 autobuses eléctricos tras sufrir dos graves incendios en menos de un mes e incluso en 2023 vimos un Tesla ardiendo debajo del agua.
Solo en Nueva York los fuegos provocados por baterías de litio en patinetes y bicis eléctricas provocaron 253 incendios, 126 heridos y 18 muertes en 2023.
Extinguir un incendio en una batería de litio requiere de soluciones específicas, ya que los agentes extintores tradicionales no son efectivos debido a la naturaleza y características del fuego, con emisiones de gases tóxicos e inflamables y altas temperaturas.
¿Por qué se incendian las baterías de los coches eléctricos?
Las principales causas por las que “fallan” las baterías de litio provocando incendios son el daño físico (aplastamiento, deformación, perforación…), el estrés térmico por altas o bajas temperaturas y el abuso eléctrico por sobrecarga o descarga excesiva o fallo en el BMS (Battery Management System).
Cuando se incendia una batería, se produce una emisión de energía térmica que puede alcanzar hasta los 1.000ºC y una reacción electroquímica que produce emisión de gases tóxicos, corrosivos e inflamables como hidrógeno, dióxido de carbono, ácido clorhídrico, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno… Cuanto mayor es la energía almacenada (mayor capacidad de la batería y mayor nivel de carga) mayor será la liberación de energía.
Mayor riesgo durante la carga
Uno de los momentos de mayor riesgo de incendio en las baterías de un coche eléctrico se produce en el proceso de carga. Durante la carga, se produce una acumulación de energía en las celdas de ion litio que puede incrementar la temperatura y, en casos extremos, provocar fugas de gas y combustión espontánea.
Por lo tanto, resulta imprescindible disponer de soluciones confiables y efectivas para mitigar este riesgo y garantizar la seguridad tanto de los vehículos como de las instalaciones donde se produce la carga.
Detección de incendios en vehículos eléctricos
Los medios de detección tradicionales no son efectivos para este tipo de riesgos. Una detección precoz es clave para evitar la propagación del fuego antes del embalamiento térmico. El sistema de detección de incendios en coches eléctricos funciona en tres fases:
1. Detección de gas: Cuando la temperatura de la batería alcanza los 60 grados de temperatura, existe el riesgo de deformación y fuga de gas. Esta fase del sistema detecta cualquier emisión de gas, alertando sobre un posible riesgo de incendio.
2. Detección Térmica: A partir de los 70-75 grados, una cámara termográfica activa una señal de alarma, interrumpiendo automáticamente el proceso de carga. Las cámaras termográficas son capaces de identificar puntos calientes que podrían indicar un sobrecalentamiento o un inicio de incendio en un vehículo eléctrico.
Gracias a la IA y al análisis de vídeo inteligente, se mejora la eficacia de las cámaras termográficas en la detección de incendios. Estos sistemas pueden ser configurados para reconocer patrones térmicos asociados con posibles riesgos de incendio y “aislar” elementos del vehículo que habitualmente sufren incrementos de temperatura como las ruedas o frenos, diferenciándolos de las baterías. De esta manera se reduce la probabilidad de falsas alarmas y mejora la precisión de la detección.
Las cámaras termográficas tienen la capacidad de identificar anomalías térmicas incluso antes de que se produzca una llama visible.
3. Detección de humo: En caso de que se produzca humo, un detector óptico térmico activa una señal de alarma adicional, alertando a una central analógica de incendio sobre la emergencia.
Extinción automática de incendios en vehículos eléctricos
Una vez activada la señal de alarma, el sistema despliega un mecanismo de extinción del fuego en la zona afectada y las plazas de estacionamiento contiguas.
Los agentes extintores tradicionales como polvo, agua o CO2 no resultan eficaces frente a los incendios en vehículos eléctricos. Para controlar este tipo de fuego, es necesario un agente extintor específico que ofrezca una mayor protección a través del enfriamiento de superficies sobrecalentadas, una alta penetración en el material inflamable y encapsulación de combustible líquido y gases tóxicos.
En respuesta a esta necesidad, Iberext ha desarrollado un sistema integral diseñado específicamente para la detección y extinción automática de incendios en vehículos eléctricos. Este sistema, certificado por un organismo internacional con ETI 23/32306438, representa un avance significativo en la Protección Contra Incendios en entornos de carga de vehículos eléctricos.
El sistema de extinción automática de incendios en coches eléctricos de Iberext combina agua con la tecnología encapsuladora del agente extintor F-500, garantizando una descarga uniforme y eficaz sobre el área afectada.
Este agente extintor no es tóxico, no es corrosivo, es libre de flúor y completamente biodegradable, lo que lo hace seguro para su uso en entornos donde se encuentran vehículos y personas.
El aditivo F-500 potencia la capacidad refrigerante del agua:
- Reduce la tensión superficial. Permite al aditivo esparcirse más rápidamente y penetrar mucho mejor en la superficie combustible.
- Proporciona gotas más pequeñas que aumentan la superficie de enfriamiento.
- Encapsula líquidos y vapores.
Control del incendio en vehículos eléctricos
La combinación de detección temprana y una respuesta de extinción rápida y efectiva asegura una alta eficacia en el control y supresión del incendio. Además, al encapsular los gases tóxicos y contaminantes, se reduce el riesgo para la salud de las personas y se minimiza el impacto ambiental.
Transcurridos unos minutos tras la activación del sistema de extinción, se reducen las temperaturas frontales y laterales del vehículo, cumpliendo con el criterio de evaluación e intervención del cuerpo de bomberos e impidiendo la propagación del incendio, asegurando así un entorno seguro y controlado.
El resultado es una alta eficacia y rapidez en el control-supresión del incendio en el vehículo eléctrico.